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La economía Argentina lejos del crecimiento del resto de Países Sudamericanos


De un tiempo a esta parte, el "relato" oficial insiste en afirmar que, a raíz de la situación internacional, el "mundo se nos ha caído encima".

Esta afirmación ha cosechado tantos adeptos -que aseveran que realmente el país sufre los embates de una crisis global- como detractores, que argumentan que el "vecindario" no ha pasado por semejante "sufrimiento".

En este último grupo se ubica el economista Miguel Angel Broda, analista respetado en el mundo empresario y criticado por la administración K.
"En el medio de una tormenta, somos los únicos que nos morimos de sed", decía tiempo atrás en relación con el flujo de dólares que está recibiendo la región, mientras que la Argentina debe mantener el cepo cambiario para evitar que se vayan las divisas.

Claro que desde el entorno K, la visión es diametralmente opuesta. Se hace hincapié en que las políticas implementadas sirvieron para contrarrestar una economía global que juega en contra.

En este marco, resulta conveniente repasar qué ha pasado en el "vecindario" y cómo le ha ido a la Argentina, en cuanto a la evolución de variables clave, como crecimiento de la actividad, reservas, dólar, inflación, entre otras cuestiones.
Esto, en el contexto de un PBI global que creció un 2,6% en 2012 y dejó atrás el bajón sufrido en 2008.

En cuanto al repunte de la actividad, el último año la Argentina se anotó un "poroto" en relación con Brasil, ya que mientras que en este último la misma se mantuvo casi "neutra" (0,9%), la nación albiceleste anotó un 1,9% de suba.

¿Qué pasó en el resto del mundo? Estados Unidos logró escalar un 2,2%, la Eurozona bajó -0,5% y la "gigante" China culminó con un alza del 7,8 por ciento.

Con estas cifras sobre la mesa, la expresión "el mundo se nos cayó encima", parecería haberse quedado detenida en el tiempo. Precisamente en 2008, cuando la economía global sí había sufrido una contracción (-0,6%), arrastrada por EE.UU. (-3,5%) y por el Viejo Continente (-4,3%).
El 2013 y los "asuntos internos"
Algo que resulta claro es que en 2012 el mundo logró dejar atrás los grandes problemas de "aquel fatídico" 2008.
Algunos países se recuperaron más rápido, otros menos. Pero los problemas se fueron "desinflando" y, poco a poco, se han ido acotando más específicamente a algunas naciones, como España y Grecia.

En cuanto a este 2013, cabe preguntarse si los inconvenientes que enfrenta la economía argentina se deben realmente a cuestiones externas o, más bien, a "asuntos internos".

Porque, en realidad, las predicciones para el corriente año echan por tierra la visión de la "profunda crisis global" a la que alude el "relato".

Según el consenso de economistas reunidos por Latinfocus, el mundo crecerá este año el 2,8%, motorizado por el gigante asiático.
En este contexto de mayor actividad, Estados Unidos podría avanzar 1,9% y Brasil 3,2%. Sólo la Eurozona quedaría "rezagada".

De estas cifras surge que si bien el mundo crece menos que antes, tampoco atraviesa una depresión que justifique el freno y las dificultades que atraviesa la actividad económica interna.

El mundo mira para otro lado
"Hoy por hoy el escenario internacional no está incidiendo en lo que sucede en la Argentina", afirma el analista Camilo Tiscornia.

"En 2008 y 2009 sí se nos había caído el mundo encima. Pero esto pasó hace cuatro años. A partir entonces los países se fueron recuperando y la economía global en este 2013 va a crecer más que antes", agrega el economista.

Para Rodrigo Álvarez, director de Analytica, "el mundo ofrece más oportunidades que restricciones, porque la demanda de materias primas se mantiene y las tasas de interés siguen bajas, lo que alienta la llegada de dólares a la región".

"En definitiva, la situación económica argentina responde más a cuestiones domésticas que a un complejo panorama internacional", añade.
"En toda América latina están llegando dólares por las bajas tasas internacionales. Nosotros deberíamos tener el doble de reservas de las que tenemos ahora, que encima vienen en baja", remarca el ex titular del Banco Central, Aldo Pignanelli.

Precisamente, una de las formas para medir si el "mundo se nos cayó encima" o si "el modelo es el que se cayó encima del mundo", es considerando la evolución de los flujos de fondos externos para inversiones (bonos, capital accionario y préstamos financieros).
"Los países vecinos vienen recibiendo mucha inversión. Hay un gran caudal de capitales hacia países emergentes, pero la Argentina quedó afuera", afirma Tiscornia.

Según un informe de la consultora AMF, luego de la profundización del cepo cambiario, en 2012 la Argentina apenas pudo captar el 1,4% del total de fondos que desembarcaron en toda la región.

"Potencialmente tendría que haber recibido unos u$s15.500 millones pero, en realidad, absorbió apenas u$s2.600 millones", señalan desde AMF.

Agregan que esa "evolución no sólo alejó aun más la posición del país con respecto a la de los mayores 'imanes' de la zona (Brasil y México) sino que, al mismo tiempo, hizo que se genere una distancia importante respecto a Chile, Colombia y Perú, donde la asistencia financiera del capital privado externo quintuplicó -al menos- los valores de la Argentina".

Mientras que al país ingresó un número muy reducido de este flujo de dinero (1,4%), Brasil logró captar el 37,8%, México 31,3%, Chile el 11,9%, Colombia el 6,2% y Perú el 5,5% (ver infografía).

Según dan cuenta los analistas, Argentina está desaprovechando una oportunidad histórica, dada por tasas de interés que están en el piso y son las más bajas del último siglo y medio.

"No es posible pensar un país que financie sus obras de infraestructura, desde -por ejemplo- una represa, hasta caminos viales, sólo con caja interna. En algún punto se requiere de capital externo a varios años por los plazos de ejecución", señala off the record un empresario industrial.

Con niveles de tasas históricamente bajas, claro está que los inversores dirigen su dinero a países donde les rinda más, bajo ciertas condiciones, entre ellas seguridad jurídica y libre movilidad. Atributos que no parecen estar presentes hoy día en la Argentina.

La inflación ya no "paga" crecimiento
El Gobierno suele decir que el "modelo argentino" está basado en metas de crecimiento y no de inflación.

En buen romance, da a entender que no ve inconvenientes en crecer aun cuando deba "pagar" por ello con un alto índice.

Pero la realidad muestra que las cosas en el vecindario no son tan así.
"El Gobierno se quedó ahora con la peor de las combinaciones. No puede bajar la inflación -que se asentó en valores altísimos- y tendrá un repunte más raquítico de su PBI", señala el empresario consultado.

En efecto, cuando se mira el ranking "crecimiento vs. inflación", resulta evidente que el resto de la región -aun creciendo más rápido que la Argentina- se las "ingenia" para tener tasas de variación de precios más bajas.
• Perú crecerá más del 6%, con un índice del 2,6%.
• Chile subirá un 5%, con un alza de precios del 2,8%.
• Colombia un 4,1%, con un 2,7% de inflación.
• Uruguay lo hará un 4%, con un alza de precios del 8%.
• Brasil un 3,2%, con 5,7% de índice inflacionario.
• ¿La Argentina? Poco más del 3%, pero con inflación del 25%.
Junto con Venezuela, el país en 2013 vería caer su PBI per capita, pues rompería el piso de los u$s11.000 anuales.

Más allá de estas contradicciones en el discurso oficial, hay que reconocer que existe algo en lo que sí la Presidenta tuvo un argumento a favor: en los últimos años la Argentina vio cierta correlación entre inflación y crecimiento. O, mejor dicho, entre inflación y consumo.

Pero en el gremio de los economistas hacen referencia a los límites que encontró el modelo.

Y hablan de "efecto decreciente", porque cada vez se fue requiriendo de más inflación para un crecimiento más mediocre.

El problema de las reservas
En cuanto a las reservas, se da la paradoja de que cuando la sociedad podía comprar dólares sin restricciones, el Banco Central acumulaba divisas en forma sostenida.

Pero, desde que se instaurara el cepo, la entidad dirigida por Marcó del Pont no sólo no ha podido juntar "ni una sola moneda" sino que perdió buena parte de las que tenía.

A punto tal que hoy cuenta con el menor nivel de los últimos 6 años.

En 2008 el país llegó a tener u$s50.400 millones, cifra que fue descendiendo hasta llegar a poco menos de u$s40.000 millones. Y las estimaciones privadas dan cuenta de que no crecerán.

Con esta evolución, la Argentina se enrola en el grupo que integran Ecuador y Venezuela, siendo los únicos que han perdido divisas en el período.
En sentido inverso, otros vecinos, como Perú, Brasil o Uruguay, más que han duplicado sus tenencias en igual lapso. Incluso Bolivia las incrementó en un 70 por ciento.

La participación en el total de la región se redujo entre 2008 y 2013 del 13% al 6%, un dato más que significativo a la hora de medir cómo le ha ido con respecto a lo sucedido en el "vecindario".

Según el economista Carlos Melconian, al Gobierno K "le ingresaron u$s110.000 millones desde 2007. Pese a ellos, las reservas bajaron".

El juego de las diferencias
Más datos pueden ayudar a mostrar las diferencias que existen entre el "modelo argentino" y lo que ocurre traspasando las fronteras:

1. Consumo
La tasa de variación anual en 2012 fue de 4,4%, por encima del promedio de la región. Sin embargo, en 2013 caería al 3,4% y sólo superaría a Venezuela (el promedio regional rondaría el 3,7 por ciento).

2. Tipo de cambio
El 2012 mostró que sólo Argentina y Brasil depreciaron sus monedas en términos nominales, es decir, sin considerar la inflación, ya que el resto de los países las apreciaron entre el 3,1% -en el caso de Paraguay- y el 8,8% en Colombia.

3. Tasa de riesgo país
Según este indicador, que publica el banco de inversión JP Morgan, el índice correspondiente a la Argentina es lejos el más alto de la región e, incluso, está cerca de duplicar al de Venezuela y Ecuador. Lo más significativo es que es 8 veces superior al del resto de los países.

4. Calificación de riesgo
De acuerdo con Moody's, la nota argentina es la más baja de la región, pues está catalogada con un B3, con perspectiva "negativa". Venezuela califica como B2 e, incluso, Bolivia y Paraguay tienen Ba3.

El ranking es encabezado por Chile que ostenta nota de país desarrollado: Aa3.

¿Y la soja?
Para un análisis más completo sobre cómo está "tratando" el mundo a la Argentina, el "factor soja" no puede dejarse de lado, ya que resulta clave tanto para las exportaciones como para las arcas fiscales.

Conviene recordar que en la "vieja" crisis de 2008, el "yuyito" cotizaba por debajo de los u$s400, cuando hoy día -con altibajos- supera los u$s520.
Aldo Pignanelli, ex presidente del Banco Central afirma que "hoy, con ese valor e ingresos por u$s26.000 millones, hay que hacer muy mal las cosas para tener un problema cambiario".

Es por ello que, en su visión, "la suba del dólar blue se debe en un 90% más a cuestiones estructurales que a factores circunstanciales".

"La realidad es que el mundo no se nos cayó encima, como reza el relato oficial, sino que el modelo se cayó del mundo, que es algo diferente", remarca el economista Roberto Cachanosky.

En tanto, desde la consultora abeceb.com, sostienen que "la estrategia exitosa de la etapa de la abundancia previa a la crisis global se fue agotando por sí sola".

"Llegamos a un punto en el que la soja ya no alcanza, porque se redujo drásticamente el ingreso de dólares financieros por créditos e inversión externa", observa el analista Federico Muñoz.

Así están las cosas hoy día. De paseo por el "vecindario" se observa que las reservas crecen y, hasta en "tono desafiante" hay países que buscan crecer sin tener que pagar por ello una elevada inflación.

En cuanto a los dólares, las cosas también son claras. Van a lugares en los que no se sienten "diezmados" por un desdoblamiento y donde encuentran la libertad de poder salir cuando quieran.

Pablo Martelli UNLP

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